28 de diciembre de 2006

...¡sólo tú eres necesario; nosotros somos contingentes!

Hoy una pildorilla que se me cruzó en el camino durante mi lectura de 'El prisma y el péndulo' que ya conocéis.
Tiene la virtud de solventar una conjetura que me viene rondando de unos tantos años para acá, cuya naturaleza dejo para después de la cita.

Dice el libro en su página 69 (!):
"En una ocasión, tras interpretar la última sonata para piano de Beethoven, el Opus 111, para unos amigos en una fiesta, Werner Heisenberg (por cierto, y volviendo al tema de qué es cultura, ¿cuántos pianistas pueden explicar la física cuántica a unos amigos en una fiesta?) dijo ante su arrobada audiencia: "Si yo no hubiera vivido, lo más probable es que otro hubiera formulado el principio de la indeterminación. Si Beethoven no hubiera vivido, nadie hubiera escrito el Opus 111".

En la misma línea, el historiador I. Bernard Cohen (nada que ver con Leonard ni con Joel y Ethan) cita un comentario atribuido a Einstein (quien, como es sabido, tocaba mal que bien el violín): "Aunque Newton o Leibniz nunca hubieran vivido, el mundo hubiera tenido el cálculo, pero si Beethoven no hubiera vivido, nunca hubiéramos tenido la Sinfonía en do menor [la Quinta]"."

Ahora, de vuelta a la conjetura, hace tiempo forjé la opinión de que la ciencia avanza con indepencia de las personalidades destacadas; de hecho, mi postulado coincide al punto con la primera frase de la cita de Heisenberg.

Dejando a un lado el mar de sutilezas y discusión a que esta conjetura da lugar, hace bien leer que dos de los más eminentes físicos de la Historia, buenos músicos también, han dicho lo que han dicho en relación con este tema. q.e.d.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Así pienso yo, pero realmente es una reducción al absurdo. Es cierto que la ciencia avanza por sí sola, pero ¿quien se da cuenta de ese avance sino las grandes personalidades?. Siempre habrá grandes personalidades que nos muestren ese avance, claro está, puede cambiar el nombre.

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