27 de enero de 2007

...embadurnada de harina, con las manos en la vecina...

Sabina, de nombre Joaquín, no es precisamente santo de mi devoción, como todo el mundo sabe en aquel reino junto al mar. Sin embargo, y dado que el ser y el hacer pueden (y suelen) llevar derroteros dispares, hoy mientras cenaba no se me iba de la cabeza aquella canción que fue cabecera de 'Con las manos en la masa' (en la vecina, que le decíamos de chicos por eso de que rima con cocina) y que guisaron al alimón el tipo ese y las Vainica Doble.

Supongo que le cogí gusto por ser las Vainica Doble las que la cantaban. En fin, aquí tenéis buen menú para saborear a los postres.

Siempre que vuelves a casa
me pillas en la cocina
embadurnada de harina
con las manos en la masa.

¡Niña!, no quiero platos finos,
vengo del trabajo
y no me apetece pato chino.
A ver si me aliñas
un gazpacho con su ajo y su pepino.

Papas con arroz,
bonito con tomate,
cochinillo,
caldereta,
migas con chocolate,
cebolleta en vinagreta,
morteruelo,
lacón con grelos,
bacalao al pil pil
y un poquito’e perejil.

—¡Chiquillo! que yo hice un cursillo
para cordon bleu.
—Eso ya lo sé pero, ¡chiquilla!
—¿Qué?
—Dame pepinillos
y yo los remojaré
con una copita’e Jerez.

Y ahora, a ver quién se come todo esto. ¡Que aproveche pues!

26 de enero de 2007

Orgullo y... muchos prejuicios

Dedicado a Gabi la pedales y su nota de aliento echando de menos las sonhadas (eu també las echo de menos; fue el mardito ADSL que se vino abajo y me ficó sozinho)


"IT is a truth universally acknowledged, that a single man in possession of a good fortune must be in want of a wife."

Thus begins 'Pride & Prejudice'; así se abre 'Orgullo y prejuicio' de Jane Austen.

Jane Austen era una tipa curiosa; vivió a caballo entre los siglos XVIII y XIX y, además de ser inglesa y escritora, ha resultado ser una influencia ubicua en la Literatura.

De muestra un botón (dos, en realidad): mi adorado Truman Capote y un tal Ernest Hemingway.

Capote, bufón de la corte neoyorquina entre los 50 y los 80 del siglo pasado, la tenía en el panteón de escritoras adoradas, junto a su idolatrada Karen Blixen (of 'Out of Africa' fame) y a su amiga del alma (amigo en opinión de algunos) Harper Lee (el pequeño Dill de la bella película que le dio un merecido Óscar a Gregory Peck-Atticus Finch no es otro que Truman -http://en.wikipedia.org/wiki/Harper_Lee-; y siempre se ha rumoreado que 'To kill a mockingbird' fue escrito más por Truman que por Harper Lee, http://ledger.southofboston.com/articles/2006/02/27/news/news01.txt). Y eso que el pequeño escritor no era pródigo en alabanzas ni cariños a compañeros de profesión (que se lo pregunten a Carson McCullers, Gore Vidal, Tenessee Williams o Anaïs Nin).

El caso de Hemingway es más simple, como corresponde a tan macho personaje. Sencillamente, le gustaba horrores la escritora inglesa, quizás por eso de que los extremos se atraen. Por contra, su paisano Mark Twain (¡marca dos! que gritaban en los barcos del Mississippí) la odiaba con toda su mala baba y recio humor del Oeste (http://www.twainquotes.com/Austen_Jane.html).

Ahora, de vuelta al libro y la película; ésta la vimos la pasada noche, aquél lo leí ya hace mucho, junto con 'Sense & Sensibility'. Aplicando la propiedad transitiva a los escritores queridos, por (a)mor de Capote, Jane Austen está (junto con Karen Blixen y Harper Lee) 'in my own private Idaho'. Sólo recomiendo los cuatro libros mentados hasta aquí (los dos de Austen, el de Karen Blixen y el único de Harper Lee; en vernáculo si puede ser).

En cuanto a la película, da gusto; de notable factura y elegancia, se ciñe al libro como sólo los ingleses saben. Ese sucio y deslavazado ambiente que uno piensa envuelve a una familia de la nobleza rural inglesa, las estrafalarias pintas de una impagable Judi Dench y las ropas que todos lucen, el ambiente del baile... Una fabulosa Keira Knightley, siempre tan insecto-palo pero cada vez mejor actriz (de 'Love actually' al siglo XVIII sin solución de continuidad); un sorprendente Matthew Macfadyen que clava a alguien tan complejo como Mr. Darcy. (Quien, por cierto, da nombre al personaje de Bridget Jones que luego pasará a la pantalla con el rostro de un Colin Firth de quien uno no deja de pensar que hubiese estado niquelado junto a Keira.) y, en fin, Donald Sutherland (¿Qué se puede decir de Donald Sutherland que no se haya dicho... o que sí se haya dicho!?).

Como nota final, quien quiera menos esfuerzo tiene a mano la divertida 'Bride & Prejudice' (con B de Bollywood). La belleza de Aishwarya Rai es bien distinta a la de Keira Knightley y el mundo de Lalita Bakshi no es exactamente el de Lizzie Bennet pero... es un pedazo de musical. ¡Y Darcy (Martin Henderson) está tremendo!

9 de enero de 2007

Este... ¡lo duro y lo blando, che!

Buenas noches. Hoy, una rapidita en honor a los más grandes publicistas del universo mundo: los argentinos. Y sí, parece ser que nos han desbancado en el gran honor de ser os mais originales voceros publicistas de la capitalidad.

Así pues, aquí viene lo duro: http://www.youtube.com/watch?v=o3MMFSu7SE4

y lo blando: http://www.youtube.com/watch?v=hkvIbKV_pyE.

(vayan desde aquí mis mil gracias a Víctor por su inestimable colaboración en esta entrada ;) )


Por cierto, yo que vos me daría prisa, que esto del youtube parece tener los días contados; en China están a saco con ellos y en Brasil ya comienzan a cortar el grifo.

Cuando veas las barbas de tu vecino cortar... o como dijo Bertol Brecht con más finura:
"Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó. Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde."

7 de enero de 2007

Caramel...

Hace tiempo me hice con un libro que recogía canciones, letras y escritos de Suzanne Vega. De hecho, ése es el nombre del libro, publicado por la editorial Celeste (en puridad, 'Suzanne Vega. Canciones, Escritos y Poemas. La mirada apasionada'; ISBN 84-8211-315-1).

Hace más tiempo que venía recabando LPs (ya CDs más bien) de la cantautora neoyorquina (de Harlem al Upper West Side, de allí al mundo), así que esto fue un cierre natural a la busca.

El libro es hermoso y delicado, con esa falsa delicadeza de Suzanne Vega (el apellido latino lo tomó de su padrastro, escritor y activista portorriqueño; también tomaría de él otros atributos que la han 'significado' en su trayectoria artística y vital). Bien editado, con aire, tipo sencillo, salpicado de fotos (retratos de Suzanne, portadas de discos, un dibujo suelto) donde siempre asoma esa cara blanca de mimo con ojos claros y directos. Como sus letras. Como su música.

He aquí una auténtica golosina de muestra...

Caramel
Nine Objects Of Desire

It won't do
to dream of caramel,
to think of cinnamon
and long for you.

It won't do
to stir a deep desire,
to fan a hidden fire
that can never burn true.

I know your name,
I know your skin,
I know the way
these things begin;

But I don't know
how I would live with myself,
what I'd forgive of myself
if you don't go.

So good-bye,
sweet appetite,
no single bite
could satisfy...

I know your name,
I know your skin,
I know the way
these things begin;

But I don't know
what I would give of myself,
how I would live with myself
if you don't go.

It won't do
to dream of caramel,
to think of cinnamon
and long
for you.

Pensadas