1 de febrero de 2007

Mi primer tontema...

Hoy vamos con algo más personal.

De entre las variadas aventuras literarias en las que me he embarcado, una de la que me siento más orgulloso son los tontemas; son éstos tontos poemas más o menos a modo de romance (ya sabéis, octosílabos en ristra, riman los pares en asonante, quedan sueltos los impares) que he ido haciendo a ratos, siempre con la idea de contar una historia ingenua con rima consonante y mucha guasa.

La idea original no es mía y, como es de ley ser honesto y de bien nacido ser agradecido, aquí y ahora rindo tributo a 'a mais grande y maravilhosa y sublime tontetisa do universo mondo y parte del extranjero': Gloria Fuertes, que en ídem esté. (De hecho, otro vendrá de ese mundo gatuno que todo el mundo asocia con Gloria).
Ahora, y en primicia blogal, aquí va el primero de la serie...


Tengo gripe
Como mi amigo Felipe

Tengo gripe,
como mi amigo Felipe,
tengo gripe
y no lo puedo evitar.

Un nido de bacilococos
me hace cosquillas,
mi nariz llena de mocos
y no lo puedo evitar.

Día y noche,
en mi casa o en el coche,
entre sueño y sueño,
con un pañuelo pequeño,
yo me sueño los mocos,
es que no lo puedo evitar.

Y tendré que guardar cama
por lo menos un* semana,
aburrido como ostra,
la nariz llena de costras
y un nido de bacilococos
en mi nariz llena de mocos.

Pablo Ulíbarri Ramos


* Hecho a propósito y en plena posesión de mis facultades mentales, pues el ritmo poético interior de la estrofa lo exige, y frente a ello la pura y fría lógica de la concordancia nada puede.

N. del A.: en realidad, la nota al pie es realmente una nota, una negra corchea que llama al pie de página; ¡lástima que el blog no admita el nunca lo suficientemente ponderado tipo Wingdings!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy Bueno, sí señor. ¿y esto lo hiciste bajo los efectos del antibiótico?

No sé que llegarías a hacer con un pastelito Holandés.

Ahí va El Camello Cojito (Gloria Fuertes)

EL CAMELLO COJITO
(AUTO DE LOS REYES MAGOS)

El camello se pinchó
Con un cardo en el camino
Y el mecánico Melchor
Le dio vino.

Baltasar fue a repostar
Más allá del quinto pino....
E intranquilo el gran Melchor
Consultaba su "Longinos".

-¡No llegamos,
no llegamos
y el Santo Parto ha venido!

-son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido-.

El camello cojeando
Más medio muerto que vivo
Va espeluchando su felpa
Entre los troncos de olivos.

Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
-Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.

A la entrada de Belén
Al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande
con su belfo y en su hipo!

Se iba cayendo la mirra
A lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.

Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.

-No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero, repitió el Niño.

A pie vuelven los tres reyes
Cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
Le hace cosquillas al Niño.

Pensadas