Como iba diciendo, si bien no vi embre, resarciré a mi parroquia diciendo ciembre en ero.
Y qué mejor manera de retomar que tontemando en lo íntimo con Nicanor, su atambor, y toda su corte rumbosa arropada por dulzainas, olifantes, arpas, violas y una ristra de corteses cimbreando caracolas.
Sólo espero que cantéis sonoras sonhadas y bailéis con mis monarcas bajo su grave atambor colmándolos de alaracas. ¡Sea pues!
Al ritmo de un atambor
se aproxima Nicanor
Al ritmo de un atambor
se aproxima Nicanor
y a su lado va Sukaina
arropada por dulzainas.
Vienen anchos, van ufanos
por llanuras y por llanos.
¡Violas, arpas, olifantes*
vengan todos pa’ delante!
Pero va ya oscureciendo
y los reyes, esto viendo,
se deciden a hacer noite
en una coqueta boîte**
que se oculta del camino
tras verdes frondosos pinos.
Tras pasar tras las duquesas
cuál no será su sorpresa:
hiphop, reggae, chill out, trance**
ebribodi está de dance**.
Y así al son de la musica***
baila Suki, baila Nica.
Pablo Ulíbarri Ramos
** Pronúnciese exactamente como está escrito, y no como se debiera, pues se trata de encajar la rima, no de demostrar vastos conocimientos idiomáticos.
*** Sí, musica, y no música, ¿qué pasa?